Suelo fijarme en los zapatos y en los pies de las personas y me sorprende el hecho de que en general no solemos cuidarlos demasiado.

Algunas personas van bien vestidas pero llevan sucios los zapatos y algunas mujeres cuando llega el verano utilizan sandalias con unas uñas mal cortadas y descuidadas que afean su apariencia.

Particularmente tengo zapatos de tacón que utilizo de vez en cuando, pero prefiero un zapato de tacón bajo para caminar y sentirme más cómoda. Es cierto que los tacones estilizan la figura y dan una apariencia más elegante pero estropean mucho los pies y producen diversas molestias y deformaciones. Sin embargo siempre procuro llevar mis pies bien hidratados, suaves, libres de asperezas y durezas, con las uñas recortadas y a veces pintadas. Creo que no debemos olvidarnos de los pies ni en su aspecto ni en su importancia.