Una sencilla comida en un restaurante o un simple café en una cafetería se puede convertir en una magnífica oportunidad para hacer un dibujo. Al fin y al cabo ¿que es la vida sinó una sucesión de momentos intrascendentes o rutinarios?.
Dibujados adquieren mayor relevancia y de algún modo nos recuerdan que estuvimos "ahi" al menos en ese instante.
Pasaran años y seguiré recordando lo que comí aquel dia, cuando aun conservaba todos mis dientes :-)


Como no soy nada creativa, a veces no tengo la menor idea de que puedo dibujar. Comienzo a ponerme nerviosa porque siento la necesidad de dibujar y entonces voy a la cocina, agarro un par de manzanas, las coloco sobre la mesa en diversas posturas y las dibujo con diferentes medios.
Ya se que estos dibujos no son para tirar cohetes, pero como diría un refrán español: "menos da una piedra" o "a falta de pan, buenas son tortas", también es aplicable "el que no se consuela es porque no quiere". Puestos a citar dichos puedo tirarme las horas muertas :-)
Estas manzanas están realizadas en mis cuadernos, esa es la razón por la cual les atraviesa una linea central de arriba a abajo. En este caso utilicé lapiz de grafito.
Que bueno es dibujar, sea como sea, da igual el momento, el lugar, el medio que se utilice, es una distracción de las mejores. A mi me relaja muchísimo.
Estas otras las he dibujado con lápices de colores.
Gloria, mi hija de 14 años, es muy creativa y está en constante evolución. Dentro de su cabeza están miles de personajes a los que da vida.
En cuanto llego a casa me muestra diversas hojas blancas con sus dibujos, o los coloca sobre la cama con diversas dedicatorias para que yo los vea cuando entro en mi dormitorio.
Sus dibujos son coloridos, alegres, expresivos, me producen alegría y me hacen sonreir. Algunos me gustan tanto que los recorto y los incluyo en mis cuadernos de dibujo.


Estas son las últimas medusas que me quedaban por subir al blog. Más adelante volveré e retomar el tema.

Esta última puede llegar a medir la friolera de 50 metros...